Exploro el potencial de los tejidos como catalizadores del confort y la suavidad, buscando dar lugar a dispositivos y experiencias que promuevan la comodidad. Este propósito viene de una profunda preocupación por las complejas relaciones entre la naturaleza, el ser humano y los siste- mas contemporáneos de consumo. Por ello la estética del invernadero de tela de polietileno, como símbolo de la interacción entre naturaleza y humanidad, ha capturado mi atención por su dualidad intrínseca. Siendo un espacio que alberga y protege pero que, a su vez, dentro de un sistema laboral integra cientos de desafíos para los cuerpos. Mi trabajo pretende evidenciar la actual menospreciación del descanso y señalar una conexión entre el diseño del espacio transitable y el desgaste de los cuerpos humanos, donde entiendo ambos deterioros como consecuencias de los actuales sistemas de consumo.

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